¿Acabas de someter tu cabello a un tratamiento de keratina y no sabes cómo mantenerlo saludable? Pues no te preocupes, ¡estás en el lugar correcto! En este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber para cuidar tu cabello después de un tratamiento de keratina.
Asegúrate de no lavar tu cabello con demasiada frecuencia después de un tratamiento de keratina. Trata de lavarlo sólo una vez por semana y utiliza champús y acondicionadores especialmente diseñados para cabello tratado con keratina. Evita los productos que contengan sulfatos y sal, ya que estos pueden disminuir la duración de la keratina en tu cabello.
Después de lavar tu cabello, no lo frotes con una toalla ya que esto puede dañarlo, en su lugar, envuelve tu cabello en una toalla y estruja suavemente el exceso de agua. Para secarlo, utiliza un secador de pelo con temperatura y velocidad moderada y siempre apunta el flujo de aire descendente para evitar el frizz.
Evita atar tu cabello muy fuerte y con elásticos que puedan atraerlo o romperlo. No cepilles tu cabello húmedo ni lo manipules demasiado ya que estará más sensible después de la keratina. Además, evita herramientas de calor como planchas y rizadores, ya que pueden quemar la keratina y dañar tu cabello.
Un tratamiento de keratina puede darle a tu cabello un aspecto mucho más suave y brillante, pero eso no significa que no necesite hidratación. Trata de utilizar mascarillas para el cabello una vez por semana para mantener tu cabello hidratado y nutrido. También puedes utilizar aceites naturales como el de argán o coco para hidratar y nutrir tu cabello.
Después de un tratamiento de keratina, tu cabello mantendrá su estilo liso y suave, pero eso no significa que no puedas experimentar con diferentes peinados. Trata de evitar herramientas de calor y abrazar tu textura natural, y si quieres cambiar tu look, acude a un estilista profesional que te pueda aconsejar sobre las mejores opciones para tu tipo de cabello.
Después de un tratamiento de keratina, es importante cuidar tu cabello de manera adecuada para asegurarte su máxima duración y para mantenerlo saludable y con un aspecto hermoso. Evita lavarlo con demasiada frecuencia, utiliza herramientas de calor con moderación y asegúrate de hidratarlo regularmente.
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